
Esta madre de Guadalcanal se ha convertido en una activista en las campañas de concienciación de las donaciones de órganos, sangre, plaquetas y médula ósea
En la casa de Cándida Cárdenas las palabras «diálisis»,«donación» o«trasplante» no se habían escuchado hasta que hace cinco años su hija, Ara, sufrió un cuadro de insuficiencia renal severa. Hoy, Cándida y Ara celebran un lustro de vida después del trasplante y como voluntarias de la asociación de enfermos renales Alcer se han propuesto concienciar con su experiencia en la Sierra Morena de Sevilla a otras personas para la donación no sólo de órganos, también de sangre, plaquetas o médula ósea.
Los síntomas de la insuficiencia renal aparecieron de pronto en 2010, cuando la enfermedad silenciosamente había ido agotando la capacidad de los órganos de la menor. «Mi hija nunca había estado enferma más allá dealguna infección de orina, por eso no se había hecho análisis que pudieran haber detectado antes lo que tenía, y la insuficiencia renal de grado cinco se le presentó de repente», relata Cándida Cárdenas a ABC Provincia.
«Una madrugada mientras sus padres dormíamos nos despertó porque no podía respirar, sentía que se asfixiaba, y nos fuimos corriendo al centro de salud para que la viera el médico», abunda.
El médico de Guadalcanal
Las muestras de gratitud por el acompañamiento y respaldo que madre e hija tuvieron en su pulso contra la insuficiencia renal son un caudal que un lustro después sigue prodigándose en el seno de esta familia. «Desde el médico de Guadalcanal al último del personal sanitario que nos atendió en el hospital me dan ganas de besarles las manos por lo bien que se portaron con nosotras», cuenta Cándida, «así como mi pueblo, que se volcó con mi familia y no tengo palabras de agradecimiento para compensar el ánimo que nos dieron, que no olvidaremos nunca».
Mientras Ara hace vida normal y cursa estudios de Animación Socio-Cultural en Sevilla, después de haber perdido tres años como consecuencia de la enfermedad, el trasplante y el período de recuperación, su madre,Cándida, ha cumplido este 11 de octubre sus 55 años y asegura que se siente plena y realizada. «Salgo cada mañana a hacer seis kilómetros caminando, voy a clases de pintura en Guadalcanal y este curso me he propuesto además sacarme el título de la ESO», dice entre risas, con una actividad que sueña contagiar a otras personas.
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